jueves, 30 de agosto de 2007

GÓNGORA Y LA MÚSICA. Danzas glosadas del s. XVII


Su biografía más breve la escribió José Pellicer de Salas en 1630 con sabiduría conceptista: “Vivió don Luis de Góngora sesenta y cinco años, diez meses y trece días”. Entre su nacimiento y la apoplejía (hoy decimos “accidente cerebro vascular”) que puso fin a sus días transcurrió la vida de un artista, del más importante de nuestros poetas. Cuentan que Ambrosio de Morales a su paso por Córdoba, oyendo las ocurrencias que salían de la boca de un Góngora de quince años, le dijo: "¡Qué gran ingenio tienes muchacho!”.
Ingenio y oído para la poesía. La sensibilidad musical del cordobés se manifiesta no sólo en la construcción de sus versos ("infame turba de nocturnas aves,/ gimiendo tristes y volando graves"), sino también en las múltiples alusiones a sonidos, silencios, músicas e instrumentos que encontramos en toda su obra... Es muy probable incluso que él mismo tocara la bandurria (ótro día haremos enumeración de los indicios al respecto) y, de ser eso cierto, acaso le pertenezcan las piezas de bandurria en tablatura que se conservan en los folios 433-438 de un volumen que lleva el título OBRAS POÉTICAS DE D. LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE. (B. Nacional Mss. 4118). A pesar de que se conocen desde 1916, apenas se han tocado, con la excepción de una de ellas (la Jácara) que fue interpretada en varias ocasiones y grabada también por el desaparecido grupo SEMA, cuyo director (Pepe Rey) transcribió y dio a conocer las cuatro piezas en su libro de 1993 Los instrumentos de púa en España.
Sobre esas danzas y otras piezas coetáneas trabaja en la actualidad CINCO SIGLOS, como lógica continuación de su anterior trabajo GLOSAS NUEVAS SOBRE VIEJAS DANZAS. Tañidos de fama en los Siglos de Oro, grabado el año pasado.

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