sábado, 9 de octubre de 2010

CINCO SIGLOS MAÑANA EN CÁCERES

CINCO SIGLOS (CÓRDOBA - ESPAÑA)

DOMINGO, 10 OCTUBRE 2010, 21:00 H

IGLESIA DE SAN JUAN

ENTRADA LIBRE HASTA COMPLETAR AFORO

PROGRAMA


Glosas sobre la Pavana Española
Anónimo

Corrente detta la Mota
Andrea Falconiero
La Monarca
Andrea Falconiero
Gallarda
Andrea Falconiero
Brando dicho el Melo
Andrea Falconiero

Gran Duque y Vuelta
Anónimo
Marionas
Anónimo
Gran chacona
Briceño

El amable variado
Pablo Minguet
Seguidilla
Pablo Minguet
La Jota
Santiago de Murcia

Marizápalos
Anónimo
Zarambeques
Santiago de Murcia
Fandango
Santiago de Murcia

COMPONENTES:

Miguel Hidalgo, guitarra barroca, dirección
Antonio Torralba, flautas
Gabriel Arellano, violín barroco; realizaciones musicales
José Ignacio Fernández, bandurria barroca
Daniel Sáez, violonchelo barroco
Antonio Sáez, percusión

NOTAS AL PROGRAMA


Los tiempos que median entre las vidas de Velázquez y Goya acogieron el tercer gran momento de la música hispana para instrumentos.
El primero, lleno de laúdes, rabeles y axabebas, correspondió a la baja Edad Media y está marcado por la compleja realidad mudéjar. El segundo, el pleno Renacimiento de los violones, las vihuelas y los órganos, supone la particular visión autóctona del arte europeo de la glosa. Y este tercero, rebosante de seguidillas, zarabandas, jotas, españoletas y fandangos, viene a culminar los dos anteriores, teniendo como especiales protagonistas a la guitarra barroca de cinco órdenes y a su pequeña compañera, la bandurria. Ambas suponen la cristalización de emblemáticos instrumentos que anduvieron entre las manos de los músicos españoles desde muy antiguo. Desde ese primer momento a que aludíamos, suenan en las miniaturas del rey Alfonso X y entre los juglares del Libro de Buen Amor; y, luego, en los mesones y plazuelas de la novela picaresca, en los versos de los cancioneros, en las comedias de Lope de Vega y en el arte sutil de Luis de Góngora, él mismo tañedor.
Nuestro recital ofrece series de danzas glosadas en realizaciones camerísticas (“músicas de sala” se decía en la época) de tañidos emblemáticos llegados hasta nosotros a través de los libros de tecla y de guitarra y, muy especialmente también, a través de los tratados de danza de los siglos XVII y XVIII. En ellas encontramos la rica variedad de ingredientes de la cultura barroca española: la pervivencia del pasado, las influencias europeas (italiana y francesa, sobre todo) y la estilización de lo popular.
Junto a las ventanas que abren sobre nuestros Siglos de Oro los lienzos de Sánchez Cotán, Velázquez o Zurbarán hay un suave son de instrumentos músicos que los inunda,  que da tibieza a los cuerpos que salen de la oscuridad, sentido a sus gestos, sabor a los manjares de los bodegones, aromas al vino o las flores… Pudieran ser algunos de los que suenan esta noche.

Antonio Torralba.